Historia

Hablar de Guachanamá, es hablar de una de las parroquias más longevas de nuestro cantón y provincia, somos herederos de tradiciones y costumbres que contribuyeron a edificar la Guachanamá que hoy admiramos.

Su nombre proviene de las palabras quechuas Guachaligul = y noma= manci en honor a cuatro mujeres de apellidos lajas quienes serían las primeras pobladoras de esta tierra, que luego de estar un tiempo considerable solas, conforman con vecinos cercanos familias, procreando 4 hijos mercedes y Cipriano lajas de los dos restantes se desconocen sus nombres.

Guachanamá es elevada como parroquia el 29 de mayo de 1861, con una extensión territorial de 287,95 Km 2. Sus límites al norte con las parroquias de lauro guerrero y Orianga, al sur con los cantones de Celica y Sozoranga, al este con las parroquias de casanga y Catacocha al oeste con el cantón Puyango. Tiene una población de 2600 habitantes según datos del INEC con una alta producción agrícola y ganadera.

Guachanamá una parroquia mayormente católica fue designada como parroquia eclesiástica en el año 1640 por el padre Fray Pedro Vásquez sexto y fue hasta el año 1825 en el que se designa por primera vez como cura propio al padre Julián Francisco Bustamante el mismo que recordamos por que bajo su liderazgo y el esfuerzo de nuestros ancestros se dotaron de dos campanas de finísimo labrado a la iglesia del centro parroquial.

Lamentablemente enemigos de nuestro pueblo, personas sin escrúpulo alguno, las sustrajeron sin dejar rastro, pese al esfuerzo de sus habitantes de dar con el paradero. Cuenta la historia que el sonido de aquellas campanas era escuchado en distancias considerables de la parroquia.

Un hecho que marcó un antes y un después en el desarrollo de nuestra parroquia fue la construcción de la vía Limón – Guachanamá, y Guachanamá – Celica, esta obra de aproximadamente 40 km de longitud, fue construida a fuerza de hombre con picos, palas, barrenos y explosivos para moler las rocas gigantescas, algunas de ellas en la actualidad las podemos observar al transitar la vía. Necesitaron gigantescas mingas de hasta 400 personas provenientes de Guachanamá y parroquias vecinas, lideradas por el padre Juan Zapata.

Esta obra tendría su recompensa y sería un 15 de agosto que llegaría por primera vez un vehículo a Guachanamá, seria proveniente desde la romería del cisne  conducido por el padre zapata, el mismo que luego de movilizar los últimos escombros y también una que otra broma como la que nos comenta don Alfredo Chimbay de cerrar la tranca a la altura de la hacienda para asustar al entusiasmado padre y no dejarlo pasar, a lo que el diría con una sonrisa, ya está la carretera! abran y suban vamos en el carro, seria a las 9 de la noche con una multitud llena de alegría por la finalización de este proyecto, gritando a viva voz y en coro viva Guachanamá con su carretera carajo.

Guachanamá también ha sido cuna de artistas, una de ellas sin duda fue la banda del pueblo de Guachanamá. Una banda que fue invitada, aplaudida y disfrutada en los más importantes eventos y festividades de nuestra provincia y a la que seguramente a más de uno hoy traerá recuerdos.Sus integrantes fueron; Pedro Calderón, Melchor Pinza, José Toledo Apolo, Francisco Cruz quienes al sonido de trompetas, tambores y redoblantes ponían la alegría en las gigantescas mingas de la construcción de la vía y en todas las festividades de nuestra parroquia, esta hermosa banda de pueblo silencio sus instrumentos en la década de los 90 dado que sus integrantes fallecieron.

Honramos la memoria de nuestros héroes silenciosos, quienes contribuyeron para tener lo que hoy conocemos como nuestra parroquia Guachanamá.

No olvidemos que somos herederos de una gran tradición, pero también somos los constructores del mañana. Sigamos trabajando juntos, con la misma fuerza y altivez que nos han caracterizado, para que Guachanamá continúe siendo un lugar de esperanza, oportunidades y sueños realizados.

¡Que viva Guachanamá!